

La cúrcuma, nativa del suroeste de la India, también denominada azufre de Indias, es una planta muy apreciada porque se le atribuyen propiedades medicinales contra el cáncer, el colesterol alto o la artrosis, entre otras enfermedades, y ofrece una gran diversidad gastronómica.
Su sabor es dulzón con un toque picante y amargo, por lo que su uso se hace en pequeñas cantidades.
Es ideal para aderezar arroces, carnes, pescados… Y su color da muy buen aspecto a los preparados.
Algunas de las muchas propiedades atribuidas a la cúrcuma, antiinflamatorias, anticancerígenas, etc., se deben a su acción antioxidante de la curcumina, la cual se asimila mejor cuando se acompaña de alguna grasa, como por ejemplo el aceite de oliva virgen extra.
Si es bien asimilada por el cuerpo humano, la cúrcuma combate la oxidación de los tejidos, disminuyendo su deterioro, de ahí su eficacia frente a trastornos inflamatorios y neurodegenerativos.
Añadida a los guisos, la cúrcuma facilita el metabolismo de las grasas porque mejora la cantidad, la calidad y el flujo de la bilis. Por esta razón se recomienda cuando el colesterol está alto o en casos de diabetes.
En las personas sanas resulta un excelente digestivo con las comidas que son especialmente grasas.
Al rallar y desecar el tallo de la cúrcuma se obtiene un polvo amarillo o naranja que contiene entre un 2 y un 5% de curcumina, compuesto al que se achacan los beneficios para la salud.
La curcumina reduce “la producción de mediadores de la inflamación y los radicales libres, lo que hace que popularmente se le atribuyen propiedades antioxidantes y antiinflamatorias que tendrían efectos beneficiosos en el tratamiento de enfermedades como dislipemia (colesterol alto), artrosis, enfermedades de la piel, úlceras gástricas, diabetes o, incluso, cáncer”.
Más sobre beneficios de la cúrcuma:
Se considera que su acción antiinflamatoria es equiparable a la del ibuprofeno, ya que la curcumina actúa sobre los mediadores de la inflamación.
Está indicada para la inflamación de la córnea ocular, la pancreatitis o el colon irritable por su acción reductora de la inflamación de órganos inflamados.
Gracias a su efecto antiinflamatorio, el consumo de cúrcuma mejora la calidad del tejido cerebral y reduce la progresión de algunas enfermedades neurodegenerativas, según algunos estudios experimentales.
Algunos estudios demuestran que la curcumina reduce la aparición de células cancerígenas en la boca, la piel y el intestino.
Una acción beneficiosa sobre la psoriasis, la esclerodermia y las lesiones premalignas o malignas de la piel
Se indica también para la curación de úlceras y heridas, y como agente rejuvenecedor.